Un sistema contra incendio es un conjunto de equipos y dispositivos para la detección y supresión del fuego o humo. Los objetivos fundamentales son salvaguardar la vida y proteger las propiedades.
En la actualidad existen diversas normativas nacionales e internacionales que rigen sobre los requerimientos mínimos necesarios para la protección contra incendios, estas se dividen en dos tipos de protección, la pasiva que trata de minimizar los efectos dañinos del incendio una vez se ha producido y la activa que busca asegurar la extinción del incendio o amago de incendio lo más rápidamente posible.
Dentro de este último tipo de protección tenemos las medidas de detección y alarma (basadas en detección de humo o de aumento de temperatura y señales de alarma para evacuación) y las medidas de extinción (redes de agua, espuma, rociadores, castas de ataque rápido, extintores, entre otros).
El éxito de un sistema contra incendio depende de diseñar correctamente las protecciones tanto pasivas como activas, para ello se debe tener en cuenta la ubicación, el análisis de riesgo del emplazamiento, la estructura del lugar, condiciones ambientales, tipo de ocupación, entre otros.
Para ello se tienen las normas nacionales como el reglamento nacional de edificaciones y otras normas técnicas en función al tipo de edificación, ocupación y/o uso del lugar a implementar el sistema contra incendios. Así mismo se tienen las normas NFPA 13, 14, 20, 22, 24, 25 y 72, principalmente, que nos dan los lineamientos para el correcto diseño de un sistema contra incendio. Parte de estas consideraciones es que para implementar un sistema contra incendios se deben usar equipos y dispositivos que cuenten con la certificación UL/FM y que nos brinden una garantía de cumplir con altos estándares de calidad en la fabricación.
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